“Hola, soy Warren. Él es Charlie. Él puede escuchar, yo
puedo ver. Trabajamos juntos”. Con estas palabras se presenta Warren Buffet, de
84 años, con su inseparable socio Charlie Munger, de 91, en el Berkshire
Hathaway Shareholder Meeting 2015 cuando se cumple el 50 aniversario del que ha
venido a identificarse como modelo inversor de éxito de las últimas décadas.
Frente a ellos, más de 40.000 personas, atentos a cada palabra y cada gesto,
observando la sencilla mesa con faldón negro, tras las que toman asiento los
dos socios en el diminuto escenario del pabellón Century Link de Omaha (Estados
Unidos).
Sobre la historia de Berkshire, se puede resumir de la
siguiente manera. En primer lugar llegó Buffett y se hizo cargo de la textil
Berkshire. Después llegó Munger y se acabó la inversión colilla (cigar butt
investing en inglés), como se conoce al modelo que hacía servir hasta la fecha
Buffett objetivo del cual era encontrar empresas en las que quedara una última
calada. Sin Buffett puede que no hubiera éxito, pero sin Munger no habría
habido modelo. Y así es como Berkshire se convirtió en un conglomerado de
empresas desde el cual gestionar la asignación de activos para su mayor eficiencia
fiscal y financiera.
En el acto central del sábado 2 de mayo y antes del
amanecer, los asistentes, venidos de todo el mundo y con destacable
participación china e india, nos ordenábamos en kilométricas colas. Un perfecto
equilibrio entre búsqueda de inspiración y entretenimiento de masas con el
objetivo de conseguir un buen sitio para escuchar las cerca de 60 preguntas de
los accionistas a Buffett y Munger.
Entre las principales cuestiones que se propusieron, sin
duda las más comunes iban dirigidas a construir patrones que permitan entender
y reproducir el fenómeno asociado al Oráculo, acompañadas de preguntas sobre
los momentos de decisiones difíciles y la recurrente pregunta sobre la
sucesión. Munger a una pregunta sobre la fortaleza del euro, de rabiosa
actualidad a raíz del debate sobre el Grexit, lo calificó como “el resultado de
la voluntad de los amigos que superan las diferencias porque quieren estar juntos”.
Otra pregunta inquiría sobre cómo podría afectar el creciente
aumento del consumo de comida más saludable a sus inversiones más dulces (See’s
Candies, Coca-cola…). Buffett fue claro: “Las tendencias cambian lentamente, y
hay que considerar que toda la comida no saca la misma sonrisa”.
Más de 18.000 m2 dedicados a exposición de 41 de las
empresas propiedad o participadas por Berkshire. Los datos hablan por sí solos,
miles de pares de botas Justin vendidas y más de 10.000 botellas kétchup Heinz,
y el cartel de fin de existencias en la mayoría de productos el sábado por la
tarde. Sin olvidar aquellas compañías cuyos CEO son identificados como posibles
sucesores al trono: BH Insurance bajo la dirección de Ajit Jain; Geico de Tony
Nicely; BNSF de Matt Rose y BH Energy de Greg Abel.
Durante el fin de semana las actividades no cesan en ningún
momento, entre picnics, concursos de la más diversa índole y culmina de alguna
manera con la carrera de 5 kilómetros del domingo, posteriormente cerrada por
algo de música y alguna partida de bridge. Algunos de los peregrinos incluso
ampliamos el circuito con la visita a las oficinas de Berkshire en Farnam
Street, Piccolo’s, mítico restaurante frecuentado por Buffett, y el concurrido porche de la
casa del gurú.
Pero sería injusto perdernos en la anécdota y olvidar que la
principal motivación que nos llevó a todos allí es el análisis fundamental, del
cual la pareja Graham-Buffett son el referente, para lo cual siempre es
oportuno recordar una cita del capítulo 8 de El Inversor Inteligente: “El
inversor que se permita a si mismo huir en estampida o se preocupe en exceso
por las bajadas injustificadas de sus posiciones en el mercado estará
convirtiendo su principal ventaja en una simple desventaja. Esa persona estaría
mejor sin acciones cotizadas, porque solo así se ahorraría la angustia mental
derivada de los errores y los juicios de los demás”. Y es que no me cabe la
menor duda que si lo que queremos es aprovechar el tiempo y disfrutar a partes
iguales, mientras estamos en la playa, la lectura de los informes anuales de
Berkshire Hathaway desde 1964 es más conveniente que la de la mayoría de libros
de finanzas que encontramos en las librerías de la ciudad.
Sharelholder Meeting 2015 (Omaha) |